El esmoquin: Smoking Jacket, Black Tie, Tuxedo, Dinner Jacket…
Ya queda poco para las vacaciones de verano, eso, quien no esté disfrutando de ellas en este mismo instante.
Durante estos días, aparte de utilizar en traje de baño, es posible que tengamos alguna ocasión especial o una invitación nocturna para lucir elegantemente una joya como la que presentamos hoy en este artículo.
Mucho se ha hablado del esmoquin, su origen y diversas cuestiones del mismo. Es conocido también como smoking jacket, en el ámbito americano es más conocido como tuxedo y en el británico como dinner jacket o blacktie, debido a la corbata de lazo negra o incluso más aún por pajarita negra, que debe de ser de seda.
El origen de este espectacular traje, elegante donde los haya, se remonta al siglo XIX, en la corte de Eduardo VII de Inglaterra. Durante esta época, hombres y mujeres alternaban en habitaciones separadas con el objetivo de que los caballeros pudieran fumar sin molestar a sus acompañantes femeninas.
De esta manera, como muestra de respeto, solían ponerse unas chaquetas conocidas como “chaquetas para fumar” o “smoking jacket” de las que se desprendían posteriormente para evitar molestar a su entorno con el olor del tabaco.
Este atuendo civil, se corresponde con la etiqueta militar (no con la gran etiqueta) la cual tiene más o menos diferencia dependiendo del ejército al cual nos refiramos.
Suele vestirse en fiestas nocturnas, actos sociales, cócteles… pero sin lugar a duda, suele destacar en las famosas entregas de premios como la gala de los Oscar o trasladándolo al territorio nacional, la entrega de los premios Goya.
Eso sí, desafortunadamente, en la mayorías de las ocasiones suelen llevarse sin mucho atino ya que hay que echarle mucha imaginación para descubrir que alguno de los atuendos elegidos es un esmoquin, ya sea bien por el diseño del mismo o por la forma en la que lo luce el caballero que lo porta.
Existen dos vertientes distintas de un esmoquin según sea su chaquetal de una fila o cruzada, pero éstas serán siempre sin aberturas. Cualquiera de ellas se puede utilizar en sus distintos colores, el principal y mayormente conocido es el negro, seguido del azul oscuro, o azul noche, y el blanco.
Este último solo se debe de usar de día y en espacios abiertos. También se puede utilizar la media etiqueta, que sería chaqueta blanca y pantalón negro, cumpliendo la misma norma que el blanco.
En cambio el negro es el que hay que utilizar siempre en los actos que se lleven a cabo a última hora de la tarde o por la noche.
El que mostramos para este artículo es el esmoquin negro de una fila, que hicimos hace unas semanas en la Sastrería Serna. Deberá ir acompañado de un fajín de seda negro o en su lugar, un chaleco fantasía sin espalda y del mismo género que el resto de esmoquin.
Un detalle que cabe destacar es que, en el caso de que la chaqueta fuese cruzada, tanto el chaleco como el fajín quedarían descartados automáticamente.
Como se puede ver en la imagen superior, tan solo tiene un botón, o mejor dicho, un ojal, ya que yo prefiero poner siempre un botón gemelo, para que de esta forma, a la hora de abotonarse la chaqueta esta pueda ser abotonada de las dos formas posibles, un delantero sobre el otro, o como en este caso, como si fuese el puño de una camisa.
Para esta ocasión, hemos confiado en una alpaca, o mohair, especial para esmoquin, de la casa Scabal. Se trata de un tejido de dos cabos, ligeramente satinado, cuya textura y caída le da a la prenda un toque especial.
Las vistas (solapas), por supuesto son de seda 100%. Existen de mezcla, pero… ¿Por qué bajar un grado una pieza tan especial cuando lo mejor solo puede acompañarse de lo sublime?. En esta ocasión hemos confiado en Holland& Sherry y como se puede ver en las imágenes no hay lugar a dudas de que los tejidos son, simplemente, perfectos.
Las solapas, aunque son de pico, deben estar matadas o redondeadas y un detalle de este elemento es que, a diferencia del resto de prendas, jamás lleva un picado en el canto. Tan solo lleva un ojal y a la vuelta de la solapa una presilla para poder llevar, si se desea, una flor, costumbre que cada vez está más en desuso.
Lo correcto con esta prenda pasa por llevar una camisa blanca con pechera de piqué, puño doble, botones de nácar o incluso una botonadura especial hecha para la ocasión, con la que contamos con un inmenso abanico de colores para elegir.
En esta ocasión, podemos ver dos variedades, una en color granate y la otra en un color negro, cualquiera de las dos serían muy acertadas.
En cuanto al cuello puede ser cualquiera de los dos que os presentamos en las imágenes.
Por darle un toque especial a la prenda le pusimos un forro distinto a la lo habitual, con un dibujo de cachemira en un tono azul. El contraste que resulta de la combinación entre el negro y el azul, me resulta realmente acertado por parte del cliente.
El pantalón será con pliegues y llevará una cinta de seda conocida como cinta de esmoquin que está cosida a mano en ambos laterales para ocultar la costura del pantalón.
El pantalón será con pliegues y llevará una cinta de seda conocida como cinta de esmoquin que está cosida a mano en ambos laterales para ocultar la costura del pantalón.
Como en todo en la vida, los detalles en ocasiones pueden enaltecer el resultado, o por el contrario, estropearlo todo por un descuido. Es por eso, por lo que no podemos olvidarnos de los calcetines. Estos tienen que ser de color negro, por supuesto, y de hilo o seda.
El zapato que deberá acompañarlos tendría que ser liso de cordones, aunque, últimamente, el protocolo está empezando a aceptar también el zapato de hebilla.
Si me permitís el consejo, para esta prenda no arriesguéis nunca y apostar por lo seguro: el esmoquin clásico e intemporal. Las modas pasan y esta es una prenda que, si se da el caso y la necesidad de hacerla, serán pocas veces en la vida y no tiene ningún sentido que os confeccionéis el último modelo que ha sacado una firma afamada si después de dos años será un smoking totalmente desfasado.
Me gustaría acabar aclarando que esta es una prenda con la que solo se puede ser elegante si está bien hecha, de tal modo que es una inversión, y la sastrería artesanal es una experta en este tipo de joyas.
No hay nada más distinguido que un tuxedo acoplado al cuerpo, que le acompaña en sus movimientos, que si se mueve el brazo la camisa no se separa de la manga,…, en definitiva, que está hecho para la persona que lo porta.
Sin más, desearles un feliz verano y espero que lo aprovechen para reponer fuerzas para la vuelta del mismo.
En septiembre estaremos por aquí, con novedades en nuestra web y espero que nos sigan acompañando.
¡Feliz Verano!
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bonito artículo sobre el smoking…quería hacerme una chaqueta smoking azul para mi boda…desgraciadamente una caída de mi bici me dejo paraplejico y me casaré con muletas…pasaré por sastrería para darme ese capricho…Saludos